*La muestra, que forma parte de los festejos por el 83 aniversario, fue posible gracias al apoyo de la Soka Gakkai en México y la Fundación Alfonso García Robles.
Para continuar celebrando el 83 aniversario de la Universidad de Colima, este fin de semana se inauguró “Todo lo que atesoras, por un mundo libre de armas nucleares”, una exposición itinerante, en la explanada de la Facultad de Comercio Exterior, campus Valle de las Garzas, en Manzanillo.
Se trata de un trabajo fotográfico e ilustrativo, con información valiosa que muestra los motivos por los cuales las armas nucleares representan una amenaza directa para la humanidad.
La exposición fue posible gracias a una iniciativa de la asociación Soka Gakkai en México y la Fundación Alfonso García Robles con nuestra casa de estudios. Ha sido presentada en centros importantes para la cultura, auditorios, universidades y asambleas en más de 21 países de los cuatro continentes. En México ha estado en Nayarit, Ciudad de México, Veracruz, Yucatán, Guanajuato, Jalisco y Michoacán.
La ceremonia de apertura comenzó con la bienvenida por parte de Noé López, director de la Facultad de Comercio Exterior, quien agradeció la asistencia de estudiantes, docentes e invitados especiales, a esta exhibición que por primera vez se presenta en el puerto de Manzanillo, con su edición 36 en nuestro país.
En una segunda intervención, Iván Alberto Rayas, representante de la fundación Soka Gakkai México, recordó los eventos ocurridos hace 78 años, cuando por primera vez fueron arrojadas dos armas nucleares sobre un sitio habitable, que comenzaron a destruir el planeta. Más adelante, habló de la experiencia de Josei Toda, un japonés que declaró como vitalicia su postura y acción para forjar entre la ciudadanía la responsabilidad de un mundo libre de las armas nucleares, ante más de 50 mil jóvenes, en 1957.
“Hoy seguimos buscando una cultura sin estas armas, por lo que agradezco esta gran oportunidad. La exposición se ha unido a la formación de miles de estudiantes con decenas asociaciones a lo largo del mundo en las mejores universidades, y es un honor sumar a la Universidad de Colima”, agregó Alberto Rayas.
También tomó la palabra Ana Karina Robles, directora general de Publicaciones de la Universidad de Colima, para hablar de su tío Alfonso García Robles, el primer mexicano en ganar un Premio Nobel, destacado por ser canciller y el impulsor de los Tratados de Tlatelolco, que invitaban a países de toda América Latina a comprometerse con el desarme nuclear y la no-proliferación de armas, creados el 14 de febrero de 1967 en México.
Este acuerdo, dijo, “reflejó la primera zona libre de armas nucleares en un área densamente poblada. En la exposición, el tema es abordado como una de las acciones que permitieron la creación de otros documentos y pactos en contra de las armas”.
“Desde la Dirección General de Publicaciones tenemos esa misma misión: compartir la nobleza y cultura de paz, recordar que los libros, las revistas e incluso el arte son lo que nos hace recordar que somos mejores humanos”, concluyó Karina Robles.
En su mensaje, la maestra Ana María Gallardo Vázquez, delegada universitaria en Manzanillo, en representación del rector Christian Torres Ortiz Zermeño, agradeció a las y los invitados y comentó que las acciones de paz propuestas por esta muestra coinciden con el compromiso de uno de los ejes transversales del Plan Institucional de Desarrollo, diseñado por nuestro rector Christian Torres Ortiz Zermeño, sobre cultura de paz.
Agregó que “es un honor encontrar a personas con la misma intención de preservar la paz y qué mejor lugar que en las instituciones educativas”.
Como parte de la exposición, se dio a conocer la Pirámide de la Violencia, que tiene la premisa de que “Las armas nucleares son los artefactos de guerra más destructivos, se ubican en la cima; los abusos y comentarios también forman parte de una amplia cultura de violencia”.
También muestra testimonios, con material gráfico, de las consecuencias que tiene el uso de las armas nucleares. Uno de ellos es el último segundo de un hombre en la calle al momento de detonar el explosivo, y los daños que causan en el cuerpo para las personas que se encuentran cercanas a la radiación.
Además, incluye la reflexión de Tsutomu Yamaguchi, el único superviviente oficialmente reconocido de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki en 1945: “La razón por la que odio las bombas atómicas es por aquello que ocasionan a la dignidad de los seres humanos”.
La exposición se encuentra abierta y es gratuita para todas las personas que deseen conocer su contenido, hasta la tercera semana de diciembre.